CARNAVALES, ¿POR QUÉ?

Buen día de jueves a todos! Preparados para el fin de semana de carnaval? Yo estoy muy emocionada, ya tengo preparado mi disfraz… Luego os doy alguna pista! Pero hoy querría sacar a la luz el por qué de los carnavales.

Lo cierto es que nunca he sido muy de disfrazarme, creo que cuando era pequeña le cogí mucha manía porque en el cole nos disfrazábamos y yo siempre pasaba frío o me picaba la ropa… En fin, no era un gran día para mí. Peeeero, este año voy a dejar de lado esas chorradas, que ahora que ya soy mayor puedo elegir mi propio disfraz y por lo tanto… No necesariamente ir incómoda! :)

Y por curiosidad, le he preguntado a Don Google de dónde viene la tradición de disfrazarse y tal, porque es una festividad que siempre me ha hecho preguntarme: Carnavales, ¿por qué? (Sobre todo cuando era pequeña y me obligaban a disfrazarme…) Pues bueno, he descubierto que tiene todo el sentido del mundo!

¿De dónde viene la tradición del carnaval?

No me voy a remontar a los romanos o antes, porque no nos toca de forma muy clara… Sin embargo, esta tradición, que aunque no lo parezca, viene de muy lejos, tiene sentido en nuestra sociedad gracias a la religión. Sí, sí, a la religión. Sé que puede parecer un sin sentido, pero lo tiene.

Por lo visto, ayer se celebró el miércoles de ceniza, que marca el inicio de la Cuaresma (40 días antes del inicio de la Semana Santa, durante los cuales los practicantes católicos dejaban de comer carne y debían llevar una vida de abstinencia y mucho rezo). Y hablo en pasado, porque creo que eso es algo que hace tiempo prácticamente nadie hace.

Total, que por lo visto, fue a raíz de esta tradición de la cuaresma cuando surgió esta festividad, pues suponía la despedida a todas las cosas buenas de la vida durante cuarenta días. Un hasta luego en forma de disfraces, fiesta y alcohol a mansalva que duraba desde hoy (jueves lardero) hasta el final del fin de semana. Y así sigue siendo, aunque sin el significado religioso.

Y yo, ¿de qué me voy a disfrazar?

Bueno, para aquellos que me hayáis leído un poco más, habréis podido comprobar que me gustan mucho los gatos (de hecho tengo dos)… Y ya que podría decirse que soy primeriza en esto de los carnavales… He decidido disfrazarme de algo que me permita decir: ¡Miaaau! Y quién sabe, si me paso con el alcohol y me caigo por una zanja, ¡puede que una de mis vidas me salve!